lunes, 20 de diciembre de 2010

SU PALABRA ES NUESTRA MEDICINA

Proverbios
Capítulo 04
4:20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras; 
Inclina tu oído a mis razones.
 No se aparten de tus ojos; 
Guárdalas en medio de tu corazón; 
Porque son vida a los que las hallan, 
Y medicina a todo su cuerpo. 

El libro de Proverbios nos dice que las palabras de Dios son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo, ice que debemos hallarlas, quiere decir que debemos buscar. La palabra buscar significa: Escudriñar, indagar, investigar, averiguar, inquirir, examinar, preguntar. Por eso, en este pasaje dice que debemos estar atentos a sus palabras, hacer caso a sus razones, que nunca deben apartarse de nuestros ojos y debemos guardarlas en nuestro corazón. Cuando ponemos su palabra en primer lugar en nuestra vida, esa palabra vivifica nuestros cuerpos. No podemos esperar que nuestros cuerpos sean sanados, si no ponemos su palabra en primer lugar. Si dejamos de lado su palabra, si no estamos diariamente leyendo algo y poniéndolo en nuestro corazón, no tenemos base para nuestra fe, la fe es por oír y oír, por la palabra de Dios. Debemos poner atención a su palabra, concentrarnos en lo que Dios nos dice acerca de su voluntad para nosotros y nuestros cuerpos. Esas palabras no deben apartarse de nosotros, debemos estar siempre viendo, leyendo, estudiando, meditando, lo que Dios nos dice, cual es su voluntad con respecto a nuestra enfermedad. Y si él nos dice que por su llaga hemos sido curados y que para el que cree todas las cosas son posibles, esas palabras debemos guardarlas en nuestro corazón, es decir en nuestro espíritu. Aquí no se refiere al órgano de nuestro cuerpo, sino a nuestro espíritu. Cuando están en nuestro espíritu, no en nuestra mente, es muy difícil que alguien nos diga lo contrario, estamos seguros de que lo que Dios dice es verdad y nada nos hará dudar. Esas palabras de Dios que están guardadas en nuestro corazón, son las que nos dan fe y se convierten en vida y medicina para nuestros cuerpos, porque mientras los síntomas, los médicos, nuestro cuerpo mismo, están diciendo que no hay solución, Dios está diciendo a través de esas palabras guardadas en nuestro corazón, que somos sanos, que él se llevó nuestras enfermedades y dolencias en la cruz, que por su llaga hemos sido sanados. Son palabras que tienen poder, porque realmente las estamos creyendo, no dice guárdalas en tu mente, porque cualquiera las puede aprender de memoria y repetirlas, dice guárdalas en tu corazón, es decir que son palabras que realmente creemos y salen con fe de nuestro corazón, de nuestro espíritu para vencer cualquier enfermedad.  
Nuevamente la palabra de Dios nos confirma que la sanidad de nuestros cuerpos es algo que Dios ha provisto para nosotros. Si Dios no quisiera que estemos sanos, no diría que su palabra es medicina para nuestros cuerpos, y si es a través de su palabra, no depende de él, está disponible para TODO aquel que las halla y las guarda en su corazón, es decir, para TODO aquel que las escucha y las cree.
Te animo a que diariamente busques una palabra de Dios para ti con respecto a la sanidad de tu cuerpo y la guardes en tu corazón, créela con todo tu ser y verás como Dios transformará tu vida. Si creemos que Jesús es el hijo de Dios, que es nuestro SALVADOR, que está vivo hoy, y proclamamos eso que hemos escuchado y creído, SOMOS SALVADOS. Igualmente, si creemos que Jesús se llevó nuestras enfermedades y dolencias, que es nuestro SANADOR,  y proclamamos eso que hemos escuchado y creído, SOMOS SANADOS.
Si tú crees en Jesús, pero nunca lo has proclamado como tu Señor, solo debes tomar una decisión, si lo quieres hacer HOY, has esta oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

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