jueves, 16 de diciembre de 2010

LA FE DE UNA RAMERA

Hebreos

Capítulo 11

11:31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.
11:32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 
11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
11:34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 


En esta oportunidad vemos que la Biblia no nos habla de una persona con un cargo importante o que tenía un conocimiento amplio de la Palabra. Nos habla de una ramera o prostituta que vivía en Jericó y que cuando Josué envió dos espías para que entren en la ciudad y trajeran un informe acerca de cuál era la situación, ella los alojó en su casa, y cuando el pueblo se dio cuenta de la presencia de ellos, ella los escondió y los ayudó a escapar. Parece que fuera algo simple lo que hizo, pero la Biblia dice que lo hizo POR LA FE. En este pasaje no solo habla de Rahab la ramera, sino que menciona a muchos otros y lo que hicieron. Si leemos todo el capítulo 11 de hebreos, vamos a ver que habla de lo que hicieron muchos personajes importantes por fe y en esta lista junto con todos estos grandes personajes pone a Rahab la ramera. ¿Porqué? Creo, y esta es una opinión personal, que Dios quería mostrarnos en primer lugar que la fe siempre nos va a llevar a hacer algo, si queremos saber si tenemos fe, debemos ver que estamos haciendo. Si estamos esperando en la cama sin hacer nada, solo lamentándonos de nuestra situación, es muy difícil que tengamos fe. La fe es acción, cada personaje de esta lista hizo algo por aquello que creyó, fue motivado a actuar por eso que creía en su corazón. Si leemos en el capítulo 2 de Josué, vamos a ver que había un motivo por el cual Rahab protegió y ayudó a estos hombres, allí dice:  

2:9 Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. 
2:10 Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
2:11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.

Recordemos que estos eran pueblos paganos, que tenían sus dioses, pero esta mujer cuando oyó lo que nuestro Dios había hecho, creyó en él y proclamó que era Dios en el cielo y en la tierra. Y esto, es lo segundo que podemos notar, que cualquiera que cree o tiene fe en el único Dios verdadero y lo proclama, puede ser salvado. Si seguimos leyendo el capítulo 2 de Josué nos vamos a dar cuenta que esa fe hizo que los espías se salvaran, y a cambio ella les pidió que perdonaran su vida y la de su familia cuando tomaran la tierra prometida. Ellos le dijeron que atara un cordón de grana en la ventana de su casa y que toda su familia estuviera dentro de la casa, y todos los que permanecieren ahí, serían salvados. Y así sucedió.
Lo que debemos aprender de esta historia es que no importa quiénes somos o creemos que somos, pobre o rico, malo o bueno, sabio o ignorante, etc. si escuchamos la palabra de Dios y la creemos con todo nuestro corazón, nos va a llevar a actuar de acuerdo con lo que creemos y no quedarnos quietos para ver que hará Dios. Si estamos enfermos tenemos que escuchar TODAS las promesas de Dios acerca de sanidad, creerlas y actuar en ellas. La Biblia dice que la fe sin acción es muerta, no existe algo como que tengo fe, pero no hago nada, tengo fe y me quedo en la cama quejándome. Si Jesús se llevó nuestras enfermedades y dolencias, ¿Qué hacemos en la cama quejándonos? Nosotros queremos ver para creer y Jesús le dijo a Tomás, su discípulo: “Bienaventurados los que sin ver, creyeron.”
Rahab la ramera creyó lo que había escuchado acerca de Dios y creyó que Dios era poderoso para hacer aquello que había dicho: Que su pueblo entraría a la tierra prometida. Y por esa fe, ella y su familia fueron salvadas.
Me encanta que Dios la haya puesto en esta lista para mostrarnos que  TODOS podemos creer en él, que a TODOS se nos da la oportunidad de escuchar acerca de Dios y tomar la decisión de creerle o no. Si tú aún no has tomado la decisión de creer en él, de proclamarlo como tu Señor, pero quieres hacerlo ahora, solo haz esta oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén


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