Marcos
Capítulo 11
11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Cuando vemos en los evangelios los milagros de Jesús, vemos que la mayor parte fueron para sanar a los enfermos, y vemos también que en cada caso el hizo algo diferente. Algunos fueron sanados inmediatamente, a otros les dijo que hicieran algo específico, a otros solo les dijo de acuerdo a tu fe te sea hecho y a otros simplemente los tocó. No hay una fórmula para sanar las enfermedades, pero Jesús nos da la pauta, el ejemplo de cómo podemos hacerlo, tanto para nosotros, como para ayudar a otros. Cada persona es diferente, tiene una enfermedad diferente, y no se puede tratar todos los casos de la misma manera. En algunas ocasiones, Jesús tuvo que echar fuera el espíritu de enfermedad. Por eso, debemos tener en cuenta que de acuerdo a cada caso vamos a actuar de una manera diferente, o tal vez usaremos una mezcla de todos estos casos, y este caso que vamos a ver hoy es muy importante porque en casi la mayoría de casos Jesús usó la palabra, pero no le habló la palabra de Dios, sino que usó sus palabras con autoridad. Hemos visto que cuando fue tentado por ejemplo dijo: “Escrito está”. Pero, en este caso no está hablando de eso, sino de hablarle a nuestro “monte”, es decir, a nuestro problema. Jesús le habló a una tempestad para que se calmara, a una higuera para que se seque y también le habló a los espíritus de enfermedad y a los enfermos para que hicieran cosas específicas, y fueron sanados.
Lo que quiero compartir con ustedes hoy, es que hay una combinación poderosa entre decir y creer en nuestro corazón, no decir que creemos, porque eso es fácil, sino verdaderamente creer, como lo vimos anteriormente, cuando sabemos que realmente lo estamos creyendo y esas palabras salen desde el fondo de nuestro corazón con poder. Creemos y lo decimos para recibir a Jesús, Creemos y lo decimos para ser sanos. En este caso específico le hablamos a nuestra enfermedad, a nuestra dolencia, a nuestro cuerpo, a esa parte de nuestro cuerpo que está afectada, a las células muertas para que se pongan de acuerdo con la palabra de Dios. Cada mañana debemos decirle a nuestro cuerpo que es sano, que Dios lo hizo sano, a cada órgano de nuestro cuerpo hablarle para que funcione tal y como Dios lo creo. Parece loco verdad, si así es, pero a Dios le dio la gana de salvar al mundo por “LA LOCURA” de la predicación, y porque nosotros no podemos hacer una “LOCURA”, si esa locura la hizo Jesús y nos va a sanar. El evangelio para los que no creen es locura, pero para nosotros los que creemos, es SALVACIÓN.
Te animo a que lo hagas y vas a ver grandes resultados, no estoy hablando de tener una mente positiva, te hablo de tomar autoridad sobre tu propio cuerpo. Leí en una oportunidad a un hombre de Dios que decía: “Yo no dejo que mi cuerpo determine el día que voy a tener, yo le digo a mi cuerpo el día que tendremos.”
Todos los libros de mente positiva, autoestima, éxito y demás que en la actualidad son Best sellers, están basados en principios de la palabra de Dios. Si tú quieres leer el original y entenderlo, necesitas tener la vida de Dios en ti y su palabra entrará en ti y cambiará tu vida por completo.
Si aún no has hecho a Jesús el Señor de tu vida, si no le has entregado tu vida a él, pero quieres tomar esa decisión ahora, has esta oración de todo tu corazón:
Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén
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