domingo, 12 de diciembre de 2010

EL PODER DE DIOS EN TODO AQUEL QUE CREE

Los Hechos
Capítulo 06
6:8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.

Estos días estamos hablando del poder de Dios. Hablamos que Jesús dijo que íbamos a recibir poder cuando viniera el Espíritu Santo sobre nosotros y que ese poder en nosotros incluye el poder para sanar, tanto para nosotros, como para sanar a los demás. Algunas personas todavía pueden estar dudando y decir: “Esto es para personas especiales”. Por esto, vamos a ver hoy este versículo de Hechos de los apóstoles, donde no habla ni de Jesús, ni de los apóstoles, ni de Pablo, ni de un pastor, ni de alguien que enseña en la iglesia, habla de Esteban, una persona escogida para ayudar a servir las mesas, alguien que ayuda. Pero, vemos que este pasaje nos cuenta que Esteban hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. El que atendía las mesas, creyó en lo que Jesús había dicho acerca del poder que recibiría todo aquel que cree. No le importó si habían otros con cargos en la iglesia más importantes que el suyo, ni pensó si estaba preparado para hacerlo como los demás, o si era “tan santo” como para tener ese poder. Él solo le creyó a Jesús y comenzó a predicar y hacer milagros entre el pueblo a través del poder que había recibido. Este pasaje nos confirma una vez más que el poder que Dios prometió es: ”PARA TODO EL QUE CREE”.

Jesús dijo: “No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios.”   Eso es válido en todas las áreas de nuestra vida, nosotros tendremos todo aquello que Dios nos ha dado y que creemos que tenemos, en otras palabras, tenemos que creer que tenemos ese poder en nosotros si queremos usarlo. Nunca usaremos algo que creemos que no tenemos o que no es para nosotros o que no lo merecemos.

En esta semana Dios puso en mi corazón hablar de este tema, cambió un poco todo lo que yo venía haciendo, pero creo realmente que es muy importante, porque si más personas entendemos que Dios mismo vive en nosotros y que su poder está siempre con nosotros para ayudarnos y para que podamos ayudar a otros, menos gente estaría enferma y más personas estarían ayudando a la gente con el poder de Dios para librarlos de sus enfermedades.
Si tu ya tienes a Jesús en tu vida, no deberías ser vencido por la enfermedad, no digo que la enfermedad no nos puede atacar, lo puede hacer, pero tenemos las armas que Dios nos ha dado para enfrentarla y vencerla, solo debes creerlo, pero, si tu aún no le has entregado tu vida a Jesús y quieres conocer este poder que él nos ha dejado para nuestro beneficio, solo necesitas tomar una decisión.
Si esta es tu decisión, si tú crees que Jesús está vivo hoy y lo quieres proclamar como tu Señor y Salvador, haz esta oración con todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén


No hay comentarios:

Publicar un comentario