2da. de Crónicas
Capítulo 07
7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
En Este breve pasaje podemos observar 4 cosas importantes que Dios nos pide para recibir sus bendiciones. No debemos equivocarnos, las bendiciones de Dios son gratuitas, pero, estas son cosas que debemos cuidar en nuestras vidas para estar listos, para que no haya nada que nos impida recibir las bendiciones de Dios. En primer lugar nos dice que debemos humillarnos, y esto significa en pocas palabras: OBEDIENCIA. Cuando la biblia nos habla de humillarnos delante de Dios, quiere decir, que debemos obedecer su palabra. Reconocer que él es nuestro Señor y someternos a su palabra. Muchas veces pensamos que humillarse, quiere decir que debemos rebajarnos delante de Dios, hacernos menos. Pero, nosotros no necesitamos rebajarnos, porque Dios es el soberano de todo, el todopoderoso. Él ya es más que nosotros y no tenemos necesidad de rebajarnos o decir, Señor no soy nada, no tengo valor, pero apiádate de mí. Primero, porque al decir eso estamos negando lo que Dios ha hecho en nosotros y como él nos ve: Como sus hijos. Y en segundo lugar, porque al decir eso estamos demostrando que no conocemos su palabra. Debemos obedecer y someternos a Dios y a su palabra.
Lo siguiente que nos dice, es que debemos orar. Ya hemos hablado antes de la oración, y vimos que era simplemente hablar con Dios. Es decir, que diariamente debemos hablar con Dios para conocerlo más cada día, saber cómo es él, que le agrada y que no le agrada, que quiere que hagamos, etc. y esto nos lleva al tercer paso, que es buscar su rostro. Esto no se refiere a querer ver el rostro de Dios, sino buscar a Dios de una manera que conozcamos tanto de él, que reflejemos su naturaleza. Que cuando la gente nos vea, se den cuenta que Dios vive en nosotros y que actuamos como Dios actuaría con las personas. Que la gente pueda ver a Dios en nosotros. Que nuestra vida pueda ser el reflejo de Dios. Y por último, debemos convertirnos o en otras palabras cambiar, arrepentirnos, dar un giro completo, darle la espalda a nuestros malos caminos o nuestros pecados. Cuando hablamos del arrepentimiento dijimos que era la decisión de dar un giro completo y dejar de hacer lo que estábamos haciendo, para hacer lo que Dios quiere que hagamos. Reconocemos que algunas cosas podemos dejarlas más rápido que otras, pero lo que nos llevará a dejar por completo lo que sabemos que no agrada a Dios y nos estorba para recibir TODAS sus bendiciones, es nuestra DECISIÓN de cambiar o convertirnos de nuestros malos caminos.
Todo esto, OBEDECER – ORAR – BUSCAR SER COMO ÉL Y CAMBIAR, van a traer como consecuencia, lo que dice el final del versículo: Entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Quiere decir, que si no hacemos estas cosas, Dios no puede oírnos, ni perdonarnos y menos sanarnos. No porque Dios no quiera, sino porque él lo ha determinado así, y él es fiel a su palabra. Es muy difícil que una persona que está viviendo fuera de la voluntad de Dios y haciendo de su vida lo que quiere, pueda recibir las bendiciones de Dios. Tenemos que conocer cada día más a Dios y someternos a su palabra y veremos cómo el cambia nuestras vidas. Dios es amor, pero también es fiel a su palabra. Algunos piensan que no importa lo que hagan con su vida, Dios es bueno y los ayudará, pero debemos entender que Dios NUNCA hará ALGO en contra de su palabra. Si ha dicho que hagamos algo para estar listos sin que nada nos impida recibir sus gratuitas bendiciones, él no cambiará aquello que ha dicho. Todas las bendiciones de Dios son gratuitas para nosotros, le costaron a él la vida de su único hijo, él hizo el sacrificio, él pagó el precio, pero para recibirlas tenemos que estar de su lado, estar en su reino, ser parte de su familia, porque como todo padre, la herencia es para los hijos, y no todos son hijos de Dios. En Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”
Si tú ya has recibido a Jesús en tu vida, ya eres parte de la familia de Dios y debes hacer estas cosas que Dios nos ha mandado y él cumplirá su promesa de OÍR, PERDONAR Y SANAR, pero si tu aún no has recibido a Jesús y no eres parte de la familia de Dios, solo debes tomar una decisión. Si tú quieres tomar esa decisión HOY, haz esta oración de todo tu corazón:
Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén