domingo, 26 de diciembre de 2010

DIOS ES FIEL A SU PALABRA

2da. de Crónicas

Capítulo 07

7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 


En Este breve pasaje podemos observar 4 cosas importantes que Dios nos pide para recibir sus bendiciones. No debemos equivocarnos, las bendiciones de Dios son gratuitas, pero, estas son cosas que debemos cuidar en nuestras vidas para estar listos, para que no haya nada que nos impida recibir las bendiciones de Dios. En primer lugar nos dice que debemos humillarnos, y esto significa en pocas palabras: OBEDIENCIA. Cuando la biblia nos habla de humillarnos delante de Dios, quiere decir, que debemos obedecer su palabra. Reconocer que él es nuestro Señor y someternos a su palabra. Muchas veces pensamos que humillarse, quiere decir que debemos rebajarnos delante de Dios, hacernos menos. Pero, nosotros no necesitamos rebajarnos, porque Dios es el soberano de todo, el todopoderoso. Él ya es más que nosotros y no tenemos necesidad de rebajarnos o decir, Señor no soy nada, no tengo valor, pero apiádate de mí. Primero, porque al decir eso estamos negando lo que Dios ha hecho en nosotros y como él nos ve: Como sus hijos. Y en segundo lugar, porque al decir eso estamos demostrando que no conocemos su palabra. Debemos obedecer y someternos a Dios y a su palabra.
Lo siguiente que nos dice, es que debemos orar. Ya hemos hablado antes de la oración, y vimos que era simplemente hablar con Dios. Es decir, que diariamente debemos hablar con Dios para conocerlo más cada día, saber cómo es él, que le agrada y que no le agrada, que quiere que hagamos, etc. y esto nos lleva al tercer paso, que es buscar su rostro. Esto no se refiere a querer ver el rostro de Dios, sino buscar a Dios de una manera que conozcamos tanto de él, que reflejemos su naturaleza. Que cuando la gente nos vea, se den cuenta que Dios vive en nosotros y que actuamos como Dios actuaría con las personas. Que la gente pueda ver a Dios en nosotros. Que nuestra vida pueda ser el reflejo de Dios. Y por último, debemos convertirnos o en otras palabras cambiar, arrepentirnos, dar un giro completo, darle la espalda a nuestros malos caminos o nuestros pecados. Cuando hablamos del arrepentimiento dijimos que era la decisión de dar un giro completo y dejar de hacer lo que estábamos haciendo, para hacer lo que Dios quiere que hagamos. Reconocemos que algunas cosas podemos dejarlas más rápido que otras, pero lo que nos llevará a dejar por completo lo que sabemos que no agrada a Dios y nos estorba para recibir TODAS sus bendiciones, es nuestra DECISIÓN de cambiar o convertirnos de nuestros malos caminos.
Todo esto, OBEDECERORARBUSCAR SER COMO ÉL Y CAMBIAR, van a traer como consecuencia, lo que dice el final del versículo: Entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Quiere decir, que si no hacemos estas cosas, Dios no puede oírnos, ni perdonarnos y menos sanarnos. No porque Dios no quiera, sino porque él lo ha determinado así, y él es fiel a su palabra. Es muy difícil que una persona que está viviendo fuera de la voluntad de Dios y haciendo de su vida lo que quiere, pueda recibir las bendiciones de Dios. Tenemos que conocer cada día más a Dios y someternos a su palabra y veremos cómo el cambia nuestras vidas. Dios es amor, pero también es fiel a su palabra. Algunos piensan que no importa lo que hagan con su vida, Dios es bueno y los ayudará, pero debemos entender que Dios NUNCA hará ALGO en contra de su palabra. Si ha dicho que hagamos algo para estar listos sin que nada nos impida recibir sus gratuitas bendiciones, él no cambiará aquello que ha dicho. Todas las bendiciones de Dios son gratuitas para nosotros, le costaron a él la vida de su único hijo, él hizo el sacrificio, él pagó el precio, pero para recibirlas tenemos que estar de su lado, estar en su reino, ser parte de su familia, porque como todo padre, la herencia es para los hijos, y no todos son hijos de Dios. En Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”
Si tú ya has recibido a Jesús en tu vida, ya eres parte de la familia de Dios y debes hacer estas cosas que Dios nos ha mandado y él cumplirá su promesa de OÍR, PERDONAR Y SANAR, pero si tu aún no has recibido a Jesús y no eres parte de la familia de Dios, solo debes tomar una decisión. Si tú quieres tomar esa decisión HOY, haz esta oración de todo tu corazón:

   Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

viernes, 24 de diciembre de 2010

EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD

Isaías

Capítulo 53

53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 
53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

En estas fiestas navideñas, se realizan muchos preparativos, la gente quiere tener todo preparado para disfrutar en familia este día tan especial, compran muchos regalos para que todos reciban algo y preparan cosas muy ricas para que la mesa esté llena y compartir juntos un rato agradable. Pero, muchas veces olvidamos el centro de esta celebración. El personaje central de la navidad es Jesús, celebramos el nacimiento del salvador, pero entre tanto preparativo, compras y demás, olvidamos EL REGALO MÁS IMPORTANTE de la celebración: JESÚS.
Todos los preparativos que hacemos para estas fiestas están bien y son bonitos, pero debemos hacer todo esto sin olvidar que el homenajeado es Jesús. Celebramos el nacimiento del salvador, y con esto, el principio de una nueva etapa, donde se cumplirían muchas de las promesas que Dios había hecho para su pueblo. Una de estas y la más importante en la historia de la humanidad, es que Dios, el creador del universo, decidió venir a la tierra en forma humana, enviando a su propio hijo, para salvar al mundo y librarlo del pecado, muriendo en una cruz como un delincuente. Y no sólo eso, sino que en el tiempo que estuvo aquí en la tierra, caminó haciendo milagros extraordinarios para que se cumpliese lo que dijo Isaías en este pasaje: FUE MOLIDO POR NUESTROS PECADOS Y POR SU LLAGA FUIMOS CURADOS.
Que esta navidad sea un tiempo de pasarla en familia, de compartir muchas cosas juntos, pero, que también sea un tiempo de recordar el regalo MAS GRANDE que Dios nos ha dado: EL SALVADOR. Jesús nació y fue un bebé, pero recordemos que creció, vivió haciendo señales y maravillas, murió en una cruz para salvarnos y RESUCITÓ para confirmar nuestra fe y quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos. Él está vivo hoy y quiere estar con nosotros en cada paso que damos para ayudarnos y librarnos de cualquier circunstancia, por más difícil que sea. Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino es a través de mí. Si tú tienes a Jesús en tu vida, tienes la vida de Dios en ti, pero si tú aún no has proclamado a Jesús como tu Señor, y quieres tener la vida de Dios dentro de ti, solo debes tomar una decisión. Si quieres tomar esa decisión HOY, haz esta oración de todo tu corazón:

   Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén


Ahora, haremos algo más. Si has hecho esta oración, Dios ha entrado en tu vida, y su Espíritu Santo está en ti para siempre. Ese es el regalo más grande, la salvación de nuestras almas, pero Dios quiere darte un regalo adicional, y este es la salvación de tu cuerpo, ÉL QUIERE SANARTE AHORA.
Si tú tienes una enfermedad, si estás atravesando por cualquier problema en tu cuerpo o en tu mente, yo me voy a poner de acuerdo contigo y con Dios y voy a hacer una oración de fe por ti, y conforme a tu fe, a lo que estás creyendo te sea hecho:

Padre, en el nombre de Jesús yo declaro sanidad en cada una de las personas que están leyendo este mensaje en este momento y mandó a cualquier espíritu de enfermedad que los deje libres ahora, toda célula o raíz de enfermedad, le ordeno por la autoridad que Dios nos ha dado a través de su hijo Jesús que se seque y muera. Declaro sanidad total y completa en sus cuerpos en el nombre de Jesús, por su sangre derramada en la cruz del calvario, por la palabra de Dios que es vida y medicina para nuestro cuerpo y por el Espíritu Santo que está en nosotros y hace su obra completa. Lo creemos AHORA, en el nombre de Jesús, AMÉN.
  

jueves, 23 de diciembre de 2010

TOCANDO EL MANTO QUE NO SANA

Mateo

Capítulo 09

9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.

Nuevamente vamos a revisar como Jesús sanaba en el libro de Mateo. Esta vez, vemos a una mujer que sufre una enfermedad desde hace 12 años y al tocar el manto del Señor, fue completamente sanada. Muchos leen este pasaje y piensan que el manto tenía un poder especial para sanar, pero si nos damos cuenta, alrededor de Jesús había mucha gente y muchos de ellos pudieron haber tocado su manto, y no fueron sanados. Otros aprovechan este pasaje para engañar a la gente y decirles que si tocan el manto del Señor, serán sanados. Y de la misma manera hablan del agua consagrada o de la tierra traída de Israel y tantas otras cosas que lo único que hacen es llenar de incredulidad a la gente, porque la gran mayoría no recibe nada, y desviar la atención de la gente de lo que verdaderamente puede salvarlos: SU FE.
Lo que debemos mirar, en lo que debemos enfocarnos, es en lo que dijo Jesús, él no le dijo a la mujer que había hecho bien en tocarlo, o que el manto era sagrado y la sanó. Jesús lo único que le dice es: Tu fe te ha salvado.
No fue el manto lo que sanó a esta mujer, ni tampoco el tocarlo. Fue la fe que esta mujer tenía en que si tocaba su manto sería sana. Hemos dicho que la fe nos lleva a hacer algo, pues la fe de esta mujer la llevó a tocar el manto de Jesús y ser sanada, muchos pudieron tocar el manto en esa oportunidad, tal como mucha gente lo hace ahora, pero no recibieron su milagro, porque no se trata de hacer algo o copiar lo que alguien más hizo, se trata de nuestra fe puesta en acción. Esta mujer “DECÍA” quiere decir que ella estaba diciendo: Él es el Mesías, el salvador, el hijo de Dios, si toco su manto seré sanada. La acción de tocar el manto fue originada por su fe en Jesús y en que él podía sanarla. La acción simplemente fue la culminación de su fe. Ella escuchó hablar de Jesús o tal vez escuchó hablar al mismo Jesús, creyó lo que él decía y que era capaz de sanarla, y esa fe la llevó a tocar su manto. Por eso, no podemos copiar o imitar lo que alguien más hizo, porque muchas veces NADA  va a ocurrir. La verdad nos hace libres, si conocemos la verdad, nos daremos cuenta de lo que agrada a Dios y no nos dejaremos engañar por nadie. Dios no vende sus bendiciones, ni te pide nada a cambio, lo único que mueve la mano de Dios es la FE. Sin fe es imposible agradar a Dios.
Recuerdan que hablamos un poco acerca del creer y actuar, pues aquí vemos un ejemplo claro, esta mujer CREYÓ en lo que Jesús había hablado, DIJO que si ponía su fe en acción, algo pasaría y ACTUÓ creyendo con todo su corazón que lo que Jesús dijo era verdad. Y la conclusión de este proceso fue que esta mujer terminó completamente SANADA O SALVADA como le dijo Jesús.
No hagamos nada porque alguien más lo hizo o porque le hizo bien a otra persona, hagamos aquello que realmente estamos creyéndole a Dios. Cuando hacemos las cosas realmente con fe, sabiendo que Dios lo hará, vamos a recibir lo que estamos creyendo. Cuando nuestras acciones no van acompañadas de Fe, es muy difícil recibir algo de Dios. Así que, no necesitamos imitar a nadie, lo que necesitamos es conocer la verdad de la palabra y creerla con todo nuestro ser, lo cual nos llevará a actuar conforme a nuestra fe, y como dijo Jesús: “Tu fe te ha salvado” o “Conforme a tu fe te sea hecho.”
Si tú le has entregado tu vida a Jesús, llénate de su palabra y la verdad te hará libre de cualquier circunstancia y nadie podrá engañarte, y si tu aún no le has entregado tu vida a Jesús, solo debes tomar una decisión. Si quieres tomar esa decisión HOY,  haz está oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

miércoles, 22 de diciembre de 2010

TE MANDO QUE TE ESFUERCES Y SEAS MUY VALIENTE

Josué

Capítulo 01

1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. 

Cuando muere Moisés, luego de haber sacado al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, deja como sucesor a Josué, y este tenía la misión de tomar la tierra prometida. Dios le da instrucciones específicas acerca de lo que debería hacer, y esta frase se repite 4 veces en este capítulo. Dios sabía que la misión de Josué no era nada fácil, por eso, la primera vez que Dios le dice esta frase está en el verso 6, ahí le dice esfuérzate y se valiente, en el verso 7 le da más fuerza y le dice esfuérzate y se MUY valiente y en el verso 9 le dice algo más: Mira que te MANDO que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. 
La última vez que leemos esta frase, es al final del capítulo, en el verso 18, pero aquí no es Dios quién se la dice, sino el pueblo le dice que lo iban a obedecer, pero le pedían que se esfuerce y sea valiente.
Quiero que vean como la frase va cambiando y termina Dios ordenándole, mandándole que se esfuerce y sea valiente. Dios sabe que la misión es difícil y que Josué va a necesitar todo el apoyo. Si leemos todo el capítulo, nos damos cuenta que Dios empieza diciéndole que como estuvo con Moisés estaría con él y que no lo dejaría desamparado. Primero lo ANIMA a que se esfuerce y sea valiente para cumplir con la misión que le ha encomendado. Pero, como Dios sabe que Josué caminó con Moisés y vio todas las maravillas que Dios hizo a través de él, y que puede pensar que sería muy difícil igualar lo que hizo Moisés, en el verso 7 le ADVIERTE que solamente sea MUY VALIENTE para  guardar su palabra, meditarla y ponerla por obra. Finalmente, para que no tenga ninguna duda y esté plenamente convencido de hacer aquello que Dios le había dicho, le MANDA que se esfuerce y sea valiente, que no tema ni desmaye, pero añade algo más, algo que es maravilloso escuchar: PORQUE YO ESTARÉ CONTIGO DONDEQUIERA QUE TU VAYAS.
Dios no solo le mandó hacer algo, sino que le anima, le advierte lo que debe hacer para lograrlo y finalmente le dice que no tema porque él estará acompañándolo a donde vaya.Esto es algo que debemos tener siempre presente, no importa cuál sea la situación que estemos pasando. Dios siempre NOS ANIMA porque sabe que podemos enfrentar esa situación, NOS ADVIERTE guardar su palabra porque es la única forma de lograr nuestro objetivo, y NOS MANDA seguir adelante porque él estará con nosotros siempre. No tenemos opción, no nos dice si queremos hacerlo o si tenemos ganas, es un mandato, es una orden, No temas, ni desmayes, Dios está contigo. Él lo prometió, y el no miente.
Si tú has hecho a Jesús el Señor de tu vida, Dios estará contigo siempre, te ayudará en todo momento y NADA te podrá alejar de él; y si aún no le has entregado tu vida a Jesús ni lo has proclamado como tu Señor, solo debes tomar una decisión. Si quieres tomar esa decisión HOY, haz esta oración de todo tu corazón:

 Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

martes, 21 de diciembre de 2010

"TUS ENFERMEDADES SON PERDONADAS"

Mateo

Capítulo 09

9:1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.
9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: 
Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
9:3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
9:4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: 
¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?9:5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

Volvemos otra vez a Mateo el capítulo 9 y todos los días seguiré insistiendo en que el perdón de pecados y la sanidad de enfermos fueron dos cosas INSEPARABLES en el ministerio de Jesús. Aquí tenemos otro ejemplo claro en donde Jesús nos enseña que él tenía potestad o autoridad para hacer ambas cosas. En esta oportunidad no es el mismo enfermo el que se presenta delante de Jesús para pedir por sanidad. Si leemos el verso 2, dice que le trajeron un paralítico. y, en el capítulo 2 de Marcos podemos leer la misma historia y  dice que fueron 4 amigos que lo trajeron y como la casa estaba llena de gente, no podían entrar, así que hicieron un forado por el techo y bajaron al paralítico y lo pusieron delante de Jesús. Por eso, dice que Jesús vio la fe de ellos, de los amigos que no se detuvieron al ver la casa llena y que no podían entrar, sino que hicieron algo más. De eso hablamos cuando decimos que la fe es una acción, que la fe te lleva a hacer algo, porque estás seguro de lo que crees y sabes que algo pasará. Otra cosa que podemos ver aquí es que lo primero que Jesús le dice es: TUS PECADOS TE SON PERDONADOS. El hombre estaba postrado en una cama, paralítico y Jesús le dice que sus pecados son perdonados, no debió decirle: TUS ENFERMEDADES TE SON PERDONADAS. Trato de decirlo de una forma diferente, pero, me refiero que lo que este hombre necesitaba era sanidad en ese momento. Estoy seguro que si Jesús hubiera dicho esa frase, más personas estarían seguras de que la sanidad de sus cuerpos es la voluntad de Dios y menos personas estarían enfermas y muriendo muy jóvenes o en el tiempo que Dios no les ha determinado. Dios dijo: De larga vida te satisfaceré y te mostraré mi salvación. Creemos rápido en el perdón de nuestros pecados, pero nos cuesta creer que Dios quiera sanarnos o “PERDONAR NUESTRAS ENFERMEDADES”.
Creo que Jesús sabía que la mayoría pensaba que las enfermedades eran producidas por el pecado o se dio cuenta que este hombre podría tener algo en su vida que le hacía pensar que no merecía ser sanado. Igual que en la actualidad, mucha gente piensa que no merece ser sanada por algo que hizo o por algún pecado con el que está tratando en su vida. Jesús quiso sacar de en medio cualquier cosa que pudiera impedir que este hombre fuera sanado y que su fe pudiera estar al tope para recibir su sanidad completa. Jesús nunca dejó  de hacer algo por una persona que le pidió sanidad, nunca le dijo en el cielo ya no habrá enfermedad o sigue soportando que Dios te quiere enseñar algo o te lo mereces por pecador. SIEMPRE hizo algo por la gente que se lo pedía. Si se lo pedían era porque creían en él y sabían que él podía hacer algo por ellos.
Cuando él le dice a este hombre que sus pecados son perdonados, los fariseos comienzan a decir entre ellos: Que se cree este, solo Dios puede perdonar. Jesús se da cuenta de lo que pensaban y hace una declaración tremenda: ¿Qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?Nuevamente Jesús nos enseña que él tiene AUTORIDAD o potestad para hacer las dos cosas. Jesús en pocas palabras, nos está diciendo: Puedo perdonar pecados de la misma manera que puedo sanar a los enfermos, ¿Qué puede ser difícil para mí? Esto nos da la confianza total de que con la misma facilidad que Jesús perdona nuestros pecados, con la misma facilidad sana nuestras enfermedades. Solo tenemos que creerlo y recibirlo. Y finalmente, dice que cuando el hombre fue sanado, la gente se maravillaba que Dios les haya dado tal potestad o autoridad a los hombres. Recordemos que Jesús caminó en esta tierra como hombre, muchos piensan que él hizo todo eso porque era Dios, pero el libro de filipenses dice que él no estimó el ser igual a Dios como una cosa a la cual aferrarse, sino que se despojó de su deidad y se hizo como uno de nosotros (Un hombre). La clave fue que Jesús caminó en el poder del Espíritu Santo, por eso que hizo todos esos milagros, y nosotros tenemos el mismo Espíritu Santo y podemos hacer lo mismo que Jesús hizo, si hemos recibido a Jesús como nuestro Señor. No quiere decir que somos iguales que Jesús, pero tenemos la misma autoridad y los mismos beneficios. Somos herederos de Dios y coherederos juntamente con Jesucristo.
Si has hecho a Jesús el Señor de tu vida has heredado todo lo que Dios nos ha dejado, y si aún no has proclamado a Jesús como tu Señor y quieres recibir todos estos beneficios, solo necesitas tomar una decisión, si quieres proclamarlo AHORA, haz está oración de todo tu corazón:  


 Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

lunes, 20 de diciembre de 2010

SU PALABRA ES NUESTRA MEDICINA

Proverbios
Capítulo 04
4:20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras; 
Inclina tu oído a mis razones.
 No se aparten de tus ojos; 
Guárdalas en medio de tu corazón; 
Porque son vida a los que las hallan, 
Y medicina a todo su cuerpo. 

El libro de Proverbios nos dice que las palabras de Dios son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo, ice que debemos hallarlas, quiere decir que debemos buscar. La palabra buscar significa: Escudriñar, indagar, investigar, averiguar, inquirir, examinar, preguntar. Por eso, en este pasaje dice que debemos estar atentos a sus palabras, hacer caso a sus razones, que nunca deben apartarse de nuestros ojos y debemos guardarlas en nuestro corazón. Cuando ponemos su palabra en primer lugar en nuestra vida, esa palabra vivifica nuestros cuerpos. No podemos esperar que nuestros cuerpos sean sanados, si no ponemos su palabra en primer lugar. Si dejamos de lado su palabra, si no estamos diariamente leyendo algo y poniéndolo en nuestro corazón, no tenemos base para nuestra fe, la fe es por oír y oír, por la palabra de Dios. Debemos poner atención a su palabra, concentrarnos en lo que Dios nos dice acerca de su voluntad para nosotros y nuestros cuerpos. Esas palabras no deben apartarse de nosotros, debemos estar siempre viendo, leyendo, estudiando, meditando, lo que Dios nos dice, cual es su voluntad con respecto a nuestra enfermedad. Y si él nos dice que por su llaga hemos sido curados y que para el que cree todas las cosas son posibles, esas palabras debemos guardarlas en nuestro corazón, es decir en nuestro espíritu. Aquí no se refiere al órgano de nuestro cuerpo, sino a nuestro espíritu. Cuando están en nuestro espíritu, no en nuestra mente, es muy difícil que alguien nos diga lo contrario, estamos seguros de que lo que Dios dice es verdad y nada nos hará dudar. Esas palabras de Dios que están guardadas en nuestro corazón, son las que nos dan fe y se convierten en vida y medicina para nuestros cuerpos, porque mientras los síntomas, los médicos, nuestro cuerpo mismo, están diciendo que no hay solución, Dios está diciendo a través de esas palabras guardadas en nuestro corazón, que somos sanos, que él se llevó nuestras enfermedades y dolencias en la cruz, que por su llaga hemos sido sanados. Son palabras que tienen poder, porque realmente las estamos creyendo, no dice guárdalas en tu mente, porque cualquiera las puede aprender de memoria y repetirlas, dice guárdalas en tu corazón, es decir que son palabras que realmente creemos y salen con fe de nuestro corazón, de nuestro espíritu para vencer cualquier enfermedad.  
Nuevamente la palabra de Dios nos confirma que la sanidad de nuestros cuerpos es algo que Dios ha provisto para nosotros. Si Dios no quisiera que estemos sanos, no diría que su palabra es medicina para nuestros cuerpos, y si es a través de su palabra, no depende de él, está disponible para TODO aquel que las halla y las guarda en su corazón, es decir, para TODO aquel que las escucha y las cree.
Te animo a que diariamente busques una palabra de Dios para ti con respecto a la sanidad de tu cuerpo y la guardes en tu corazón, créela con todo tu ser y verás como Dios transformará tu vida. Si creemos que Jesús es el hijo de Dios, que es nuestro SALVADOR, que está vivo hoy, y proclamamos eso que hemos escuchado y creído, SOMOS SALVADOS. Igualmente, si creemos que Jesús se llevó nuestras enfermedades y dolencias, que es nuestro SANADOR,  y proclamamos eso que hemos escuchado y creído, SOMOS SANADOS.
Si tú crees en Jesús, pero nunca lo has proclamado como tu Señor, solo debes tomar una decisión, si lo quieres hacer HOY, has esta oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

domingo, 19 de diciembre de 2010

NO TE OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS

Los Salmos
Capítulo 103
103:2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;

Muchas personas se equivocan al pensar que el único beneficio que Dios nos ha dado a través del sacrificio de Jesús en la cruz es el perdón de nuestros pecados. Estamos de acuerdo en que es el principal, pero no es el único beneficio que tenemos. Por eso, David en este salmo le habla a su alma, quiere decir, que se está hablando a él mismo, a su mente, a su cuerpo, a todo su ser para que no olvide NINGUNO de los beneficios del Señor. En esos tiempos el perdón de los pecados se recibía de una manera diferente y tenían que hacer muchos sacrificios, porque la sangre de los animales sacrificados sólo cubría sus pecados, no los limpiaba. Jesús aún no había venido, pero David entendía que de la misma manera que Dios perdonaba sus pecados, la sanidad de sus cuerpos también estaba incluida en esos sacrificios. Cuánto más ahora, que Jesús por medio de un solo sacrificio, que es eterno, y derramando su propia sangre, nos ha dado un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Si antes de Jesús estaba incluida la sanidad del cuerpo, ¿Por qué pensar que después del sacrificio de Jesús, la sanidad no está incluida para TODOS? Lo que pasa es que a veces olvidamos TODOS los beneficios que Jesús ganó para nosotros y nos centramos solamente en el perdón de pecados, pensamos que  eso es suficiente y no decidimos creer por los demás beneficios, de la misma manera que decidimos creer en Jesús para el perdón de nuestros pecados. El mismo sacrificio que nos dio el perdón de pecados, es el mismo sacrificio que nos ha dado la sanidad de nuestros cuerpos. David sabía esto y por eso le repite a todo su ser: “NO TE OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS.”
Si podemos creer con tanta facilidad, que si le pedimos perdón a Dios por nuestros pecados, él nos perdona al instante, debemos creer que si le pedimos por la sanidad de nuestros cuerpos, él también nos sana al instante. Si creemos en uno tan fácilmente, debemos creer en el otro también. El punto está en CONOCER que ambos son parte de nuestros beneficios ganados por Jesús en la cruz del Calvario. La salvación de Jesús incluye perdón de pecados, sanidad, libertad, prosperidad, etc. no solo se trata de “ganar el cielo” como algunos dicen, sino de vivir la vida abundante de Dios aquí en la tierra, gozando de TODOS los beneficios que Dios nos ha dado. Son nuestros, Cristo ya hizo el sacrificio para conseguirlos, ahora depende de nosotros no olvidarnos de ellos y creer que son para nosotros HOY. No podemos creer en algo que no sabemos. En la medida que comencemos a conocer y creer TODO lo que Dios nos ha dejado, vamos a gozar de TODOS sus beneficios.
La palabra de Dios dice que TODO aquel que invocare el nombre del Señor, será SALVO. Si aún no has recibido este maravilloso beneficio de la SALVACIÓN, es decir, la seguridad completa de que Dios ha perdonado tus pecados y que ha entrado en tu vida para cambiarla y quedarse contigo para siempre, pero quieres tomar la decisión de recibirlo AHORA, has esta oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

sábado, 18 de diciembre de 2010

LA FE QUE MUEVE ENFERMEDADES

Marcos
Capítulo 11

11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.


Cuando vemos en los evangelios los milagros de Jesús, vemos que la mayor parte fueron para sanar a los enfermos, y vemos también que en cada caso el hizo algo diferente. Algunos fueron sanados inmediatamente, a otros les dijo que hicieran algo específico, a otros solo les dijo de acuerdo a tu fe te sea hecho y a otros simplemente los tocó. No hay una fórmula para sanar las enfermedades, pero Jesús nos da la pauta, el ejemplo de cómo podemos hacerlo, tanto para nosotros, como para ayudar a otros. Cada persona es diferente, tiene una enfermedad diferente, y no se puede tratar todos los casos de la misma manera. En algunas ocasiones, Jesús tuvo que echar fuera el espíritu de enfermedad. Por eso, debemos tener en cuenta que de acuerdo a cada caso vamos a actuar de una manera diferente, o tal vez usaremos una mezcla de todos estos casos, y este caso que vamos a ver hoy es muy importante porque en casi la mayoría de casos Jesús usó la palabra, pero no le habló la palabra de Dios, sino que usó sus palabras con autoridad. Hemos visto que cuando fue tentado por ejemplo dijo: “Escrito está”. Pero, en este caso no está hablando de eso, sino de hablarle a nuestro “monte”, es decir, a nuestro problema. Jesús le habló a una tempestad para que se calmara, a una higuera para que se seque y también le habló a los espíritus de enfermedad y a los enfermos para que hicieran cosas específicas, y fueron sanados.
Lo que quiero compartir con ustedes hoy, es que hay una combinación poderosa entre decir y creer en nuestro corazón, no decir que creemos, porque eso es fácil, sino verdaderamente creer, como lo vimos anteriormente, cuando  sabemos que realmente lo estamos creyendo y esas palabras salen desde el fondo de nuestro corazón con poder. Creemos y lo decimos para recibir a Jesús, Creemos y lo decimos para ser sanos. En este caso específico le hablamos a nuestra enfermedad, a nuestra dolencia, a nuestro cuerpo, a esa parte de nuestro cuerpo que está afectada, a las células muertas para que se pongan de acuerdo con la palabra de Dios. Cada mañana debemos decirle a nuestro cuerpo que es sano, que Dios lo hizo sano, a cada órgano de nuestro cuerpo hablarle para que funcione tal y como Dios lo creo. Parece loco verdad, si así es, pero a Dios le dio la gana de salvar al mundo por “LA LOCURA” de la predicación, y porque nosotros no podemos hacer una “LOCURA”, si esa locura la hizo Jesús y nos va a sanar. El evangelio para los que no creen es locura, pero para nosotros los que creemos, es SALVACIÓN.
Te animo a que lo hagas y vas a ver grandes resultados, no estoy hablando de tener una mente positiva, te hablo de tomar autoridad sobre tu propio cuerpo. Leí en una oportunidad a un hombre de Dios que decía: “Yo no dejo que mi cuerpo determine el día que voy a tener, yo le digo a mi cuerpo el día que tendremos.”
Todos los libros de mente positiva, autoestima, éxito y demás que en la actualidad son Best sellers, están basados en principios de la palabra de Dios. Si tú quieres leer el original y entenderlo, necesitas tener la vida de Dios en ti y su palabra entrará en ti y cambiará tu vida por completo.
Si aún no has hecho a Jesús el Señor de tu vida, si no le has entregado tu vida a él, pero quieres tomar esa decisión ahora, has esta oración de todo tu corazón:

 Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén

viernes, 17 de diciembre de 2010

¿PUEDE DIOS HACERLO? O ¿PUEDES TU CREERLO?

Marcos
Capítulo 09

9:20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 
9:21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 
9:22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 
9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 
9:24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 

Muchas personas piensan que en una situación difícil, como una enfermedad, Dios tiene que hacerlo todo, y no es así. En este caso, un padre trae a su hijo que tenía un espíritu mudo que lo atormentaba, y le dice a Jesús si podía hacer algo por él, la respuesta de Jesús fue inmediata: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 
Lo que Jesús quería enseñarnos es que no se trata de si Dios puede hacerlo, Dios es todopoderoso y no hay nada imposible para él, sino que el punto principal en una situación difícil, es si podemos creer que Dios lo puede hacer. Y aquí voy a recalcar este punto, porque muchas veces lo decimos, pero realmente lo estamos creyendo. Creer es más que decir unas palabras. Nos vamos a dar cuanta si de verdad lo estamos creyendo, cuando estamos solos, cuando hablamos solos o pensamos sin que nadie este escuchándonos. Ahí es cuando salen realmente las palabras de nuestro corazón. Del fondo del corazón habla la boca, en ese momento, cuando no pensamos para hablar, cuando no estamos buscando las palabras que debemos decir, sino que salen de nuestro corazón, ahí nos damos realmente cuenta si estamos creyendo o no. Muchas personas se equivocan cuando creen que esto es como una receta que debo seguir unos cuantos pasos y entonces Dios tiene la obligación de hacerlo. Dios solo está obligado con su palabra y no más. Y su palabra dice que el justo por su fe vivirá y que sin fe es imposible agradar a Dios. Si no hay eso, Dios no está obligado a NADA. Y tampoco se trata de que podemos obligar a Dios a hacer algo, él se obligó asimismo. De la misma manera que a Jesús no lo mataron, sino que él mismo se entregó en la cruz por nuestros pecados y nuestras enfermedades, de la misma manera a Dios nadie lo obliga a hacer nada, él mismo se obligó y se comprometió con su palabra, porque su palabra dice que no habiendo uno mayor que él, juró por si mismo que sería nuestro Dios para siempre, que nos bendeciría con abundancia y nos multiplicaría grandemente.
Por eso, debemos hacer como este hombre, si nos damos cuenta que nos falta fe, decirle: CREO, ayuda mi incredulidad. Debemos tomar la decisión de no dudar y llenarnos de su palabra, porque la fe es por oír y oír, por la palabra de Dios. Este hombre era atacado por la incredulidad, pero decidió creer, tomó la decisión de creerle a Jesús y le pidió que lo ayudara con su incredulidad. Muchas veces nos es más fácil creer algunas cosas, pero cuando nos dicen: ES INCURABLE, DESAHUCIADO, no es tan fácil, nos ataca el miedo, la duda, la incredulidad. Solo DECIDE CREERLE A DIOS y él te va a ayudar con su palabra a vencer esa incredulidad.
¿Qué nos hace pensar que recibiremos algo de Dios sin fe, y qué nos hace pensar que tendremos fe sin leer su palabra o sin hablar con Dios?
Esto que hablamos es algo que TODOS necesitamos para recibir las bendiciones de Dios, pero nada de esto va a traer fruto en nuestra vidas si antes no tenemos la vida de Dios en nosotros. El que tiene al hijo, tiene al Padre, y el que no tiene al hijo, no tiene al Padre. Si no tienes al hijo, si no tienes a Jesús en tu corazón, pero quieres tomar la decisión hoy de proclamarlo como tu Señor y Salvador, haz esta oración de todo tu corazón.

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén
    

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA FE DE UNA RAMERA

Hebreos

Capítulo 11

11:31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.
11:32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 
11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
11:34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 


En esta oportunidad vemos que la Biblia no nos habla de una persona con un cargo importante o que tenía un conocimiento amplio de la Palabra. Nos habla de una ramera o prostituta que vivía en Jericó y que cuando Josué envió dos espías para que entren en la ciudad y trajeran un informe acerca de cuál era la situación, ella los alojó en su casa, y cuando el pueblo se dio cuenta de la presencia de ellos, ella los escondió y los ayudó a escapar. Parece que fuera algo simple lo que hizo, pero la Biblia dice que lo hizo POR LA FE. En este pasaje no solo habla de Rahab la ramera, sino que menciona a muchos otros y lo que hicieron. Si leemos todo el capítulo 11 de hebreos, vamos a ver que habla de lo que hicieron muchos personajes importantes por fe y en esta lista junto con todos estos grandes personajes pone a Rahab la ramera. ¿Porqué? Creo, y esta es una opinión personal, que Dios quería mostrarnos en primer lugar que la fe siempre nos va a llevar a hacer algo, si queremos saber si tenemos fe, debemos ver que estamos haciendo. Si estamos esperando en la cama sin hacer nada, solo lamentándonos de nuestra situación, es muy difícil que tengamos fe. La fe es acción, cada personaje de esta lista hizo algo por aquello que creyó, fue motivado a actuar por eso que creía en su corazón. Si leemos en el capítulo 2 de Josué, vamos a ver que había un motivo por el cual Rahab protegió y ayudó a estos hombres, allí dice:  

2:9 Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. 
2:10 Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
2:11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.

Recordemos que estos eran pueblos paganos, que tenían sus dioses, pero esta mujer cuando oyó lo que nuestro Dios había hecho, creyó en él y proclamó que era Dios en el cielo y en la tierra. Y esto, es lo segundo que podemos notar, que cualquiera que cree o tiene fe en el único Dios verdadero y lo proclama, puede ser salvado. Si seguimos leyendo el capítulo 2 de Josué nos vamos a dar cuenta que esa fe hizo que los espías se salvaran, y a cambio ella les pidió que perdonaran su vida y la de su familia cuando tomaran la tierra prometida. Ellos le dijeron que atara un cordón de grana en la ventana de su casa y que toda su familia estuviera dentro de la casa, y todos los que permanecieren ahí, serían salvados. Y así sucedió.
Lo que debemos aprender de esta historia es que no importa quiénes somos o creemos que somos, pobre o rico, malo o bueno, sabio o ignorante, etc. si escuchamos la palabra de Dios y la creemos con todo nuestro corazón, nos va a llevar a actuar de acuerdo con lo que creemos y no quedarnos quietos para ver que hará Dios. Si estamos enfermos tenemos que escuchar TODAS las promesas de Dios acerca de sanidad, creerlas y actuar en ellas. La Biblia dice que la fe sin acción es muerta, no existe algo como que tengo fe, pero no hago nada, tengo fe y me quedo en la cama quejándome. Si Jesús se llevó nuestras enfermedades y dolencias, ¿Qué hacemos en la cama quejándonos? Nosotros queremos ver para creer y Jesús le dijo a Tomás, su discípulo: “Bienaventurados los que sin ver, creyeron.”
Rahab la ramera creyó lo que había escuchado acerca de Dios y creyó que Dios era poderoso para hacer aquello que había dicho: Que su pueblo entraría a la tierra prometida. Y por esa fe, ella y su familia fueron salvadas.
Me encanta que Dios la haya puesto en esta lista para mostrarnos que  TODOS podemos creer en él, que a TODOS se nos da la oportunidad de escuchar acerca de Dios y tomar la decisión de creerle o no. Si tú aún no has tomado la decisión de creer en él, de proclamarlo como tu Señor, pero quieres hacerlo ahora, solo haz esta oración de todo tu corazón:

Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén