Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. San Mateo 8:2-3
Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. San Mateo 8:17
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanado toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. San Mateo 9:35
Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
San Mateo 15:30-31
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. San Marcos 9:23
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá. San Marcos11:24
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Marcos 16: 17-18
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. San Lucas 4:18-19
Señor, no te molestes, pues no soy digno que entres bajo mi techo...pero di la palabra, y mi siervo será sano...Al oír esto, Jesús se maravilló, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni en Israel he hallado tanta fe.Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. San Lucas 7:6-10
He aquí os doy potestad de hollar (pisar) serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. San Lucas 10:19
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. San Juan 10:10
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Pare sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. San Juan 14:12-14
Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó... y saltando, se puso en pie y anduvo, y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Hechos 3:6-8
Como Dios ungió con el Espíritu santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Hechos 10:38
Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza...Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto… Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido. Romanos 4:16-21
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hechos por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Gálatas 3:13-14
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:14-16
Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 1 Pedro 2:24
Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2
Ayer vimos algunos versículos del antiguo testamento, algunos tal vez los hayan escuchado, pero otros no y pueden ser de gran ayuda para nosotros, no tenemos que memorizar todos, pero si podemos leerlos y aunque no parezca, cuando pasamos por circunstancias difíciles los recordaremos y vendrán a nuestra memoria y serán de gran ayuda. Además de todos estos versículos que no solo hablan acerca de la enfermedad, sino de aquello que nos puede ayudar en medio de ella como la Fe o la fidelidad de Dios, siempre vamos a encontrar uno que va a ser nuestro caballo de batalla, uno que se queda en nuestra mente o que habla de algo que justo estamos atravesando o que nos levanta para seguir adelante, eso es lo único que necesitamos, una palabra que sea de Dios solo para nosotros, que la tomamos como si Dios mismo nos la estuviera diciendo en privado a nosotros y la meditamos una y otra vez hasta que se haga una realidad en nuestra vida.
Si queremos que Dios hable a nuestro corazón necesitamos tener una relación personal con Él. La Biblia dice que el único intermediario entre Dios y los hombres es Jesucristo. Si quieres tenerlo contigo solo necesitas tomar una decisión.
Si esta es tu decisión, si quieres hacer a Jesús el Señor de tu vida, Haz está oración de todo tu corazón:
Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén
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