Oseas
Capítulo 04
4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
El libro de Oseas está en el antiguo testamento y él escribe que el pueblo de Dios fue destruido porque le faltó conocimiento, y se refiere al conocimiento de Dios, no habla de ser una persona muy culta o tener conocimiento de la ciencia o de la tecnología actual, sino de conocer realmente a Dios, como es Dios, como obra Dios, que cosas vienen de él y cuáles no, conocer su naturaleza, que cosas puede hacer y qué cosas no puede hacer. ¿Sabían que hay cosas que Dios no puede hacer?, si!!!! No se sorprendan, Dios no puede mentir por ejemplo, no nos puede obligar a hacer algo en contra de nuestra voluntad ni tampoco puede darnos algo que no queremos recibir. Él respeta nuestras decisiones y nos ha dado libertad para elegir.
Necesitamos conocer a Dios y saber cómo actúa para aprender a recibir sus bendiciones. Un ejemplo claro con respecto a nuestro tema de las enfermedades es: ¿Cómo una persona que no sabe que Dios es su sanador, o que no sabe que Dios quiere sanarlo, o que no sabe que Dios puede sanarlo va a confiar en que Dios lo sanará? No me refiero a escuchar o leer palabras positivas o frases bonitas. Hablo de conocer la palabra de Dios que no cambia, que no miente y que tiene poder para obrar en nuestras vidas. Si leemos en su Palabra, que Él es nuestro sanador, que es nuestro Padre, que nos ama, que es bueno, que nunca cambia, que envió a su único hijo a morir en la cruz no solo por nuestros pecados sino también por nuestras enfermedades y dolencias, entonces tenemos una base, un conocimiento claro de quién es Él, de lo que ya hizo por nosotros y de lo que puede hacer por nosotros hoy. Eso nos permite tener plena confianza en que Él nos va a ayudar a salir de la situación por la que estamos pasando. Este conocimiento se da solamente cuando leemos su palabra, por eso, quiero aprovechar para motivarlos a leer la Biblia diariamente. Podemos empezar con el nuevo testamento y especialmente con los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) por el tiempo que sea más conveniente para nosotros, no hay un tiempo ni una forma determinada para hacerlo, solo pídanle a Dios que les ayude a entender lo que están leyendo. Porque si no tenemos este conocimiento solamente vamos a esperar con muy poca confianza a ver “si Dios quiere” hacer algo por nosotros o “si Dios puede” hacer algo por nosotros.
Hace mucho tiempo escuché una historia, no recuerdo si era de la vida real, pero contaba acerca de una mujer que ya estaba muy anciana y le quedaba muy poco tiempo de vida. La anciana vivió sola por muchos años y en la miseria, en un cuartito con las cosas básicas para sobrevivir. Una persona llegó a visitarla y en medio de la conversación le preguntó acerca de la familia con la que ella trabajó. La anciana le dijo que había trabajado durante muchos años con esa familia pero al morir los dueños de la casa no le dejaron nada, solamente un pequeño cuadro. La anciana le mostró el cuadro a esta persona, y al verlo se quedó sorprendida. No lo llevaste nunca a un abogado le pregunto. La anciana le respondió: Para que si es solo un cuadro. No es un cuadro, es un testamento que te dejaron los dueños de la casa donde trabajaste, por qué no hiciste nada con él. La anciana volvió a responder: No sabía lo que era porque nunca aprendí a leer.
De la misma manera que la falta de conocimiento de las leyes o de las cosas de la vida diaria nos pueden robar muchos beneficios como le sucedió a esta anciana, diariamente muchas personas están siendo robadas o no están recibiendo los beneficios de Dios y de sus leyes porque no las conocen. Viven en miseria porque no saben que Dios es nuestro proveedor y que Jesús se hizo pobre para que nosotros fuésemos enriquecidos, y no habla de ser millonarios, habla de tener lo suficiente para nosotros y para poder ayudar a otros. Viven en pecado porque no saben que Jesús murió por nuestros pecados y que Dios nos perdona en el mismo instante que le pedimos perdón y nos limpia del pecado como si nunca lo hubiéramos cometido. Y no enfrentan a la enfermedad porque piensan que Dios se las mandó, no saben que Jesús entregó su cuerpo por nuestras enfermedades y dolencias. Así como su sangre nos limpia de pecado, su cuerpo molido en la cruz se llevó nuestras enfermedades y dolencias. Entonces, ¿Por qué existen las enfermedades? Mientras estemos en esta tierra las enfermedades y muchas otras cosas malas estarán a nuestro alrededor, pero si tú le perteneces a Dios, si lo tienes en tu vida y has hecho a Jesús el Señor de tu vida, nada podrá matarnos o destruirnos. Para darnos cuenta cuan grande es el amor de Dios por su pueblo, debemos leer en éxodo cuando las plagas vinieron sobre el pueblo egipcio cuando el faraón no quería dejar libre al pueblo de Dios, ninguna plaga cayó sobre el pueblo de Dios, las plagas eran para los egipcios. Dios siempre protegió a su pueblo, incluso en la última plaga, la de los primogénitos Él le dijo a su pueblo que pintaran sus puertas con sangre para que sus primogénitos no murieran. Dios siempre hace diferencia entre su pueblo, sus hijos, y los que no lo son. La palabra de Dios dice: A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (San Juan 1:12). Si queremos ser hijos de Dios y conocer todos los beneficios que nos ha dejado en su testamento, en su Palabra, tenemos que tomar una decisión personal de recibir y creer en Jesús.
Si esta es tu decisión, si quieres hacer a Jesús el Señor de tu vida, Haz está oración de todo tu corazón:
Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de mí la persona que tú quieres que sea. Amén
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