La historia de David y Goliat la conocemos desde niños,
pero si alguno no la conoce, la biblia narra una historia real en la que un
joven pastor de ovejas va donde están sus hermanos mayores reunidos con el
ejército de Israel para enfrentar a un ejército enemigo y se encuentra con una
situación en la que un gigante y experto guerrero esta retándolos para que
alguien salga a pelear con él y terminar la pelea de una vez. Al ver que nadie
le sale al frente y confiando completamente en que Dios estaba con él y le daría
la victoria, lo enfrenta y lo derrota. (1 Samuel 17)
El versículo de hoy nos habla claramente de lo que pasó
en esta historia. Una persona que tiene a Dios, que conoce a Dios, y por tanto,
confía o tiene fe en Dios, puede enfrentar cualquier circunstancia por más
difícil que esta sea sin importar lo que sus ojos vean.
Es tener clara la diferencia entre lo que sientes y lo
que crees o entre lo que ves y lo que sabes. Estoy seguro que en su mente David
se enfrentó al nerviosismo, al temor y a la duda, pero al final tomó la
decisión de creerle a Dios y hacer lo que él sabía que tenía que hacer: Enfrentar
al gigante.
Los gigantes están en nuestra mente, para Dios los
gigantes no existen. Nosotros vemos lo grande que son, lo fuerte que son y las
armas tan poderosas que tiene para derrotarnos, pero lo único que Dios ve es si
tú tienes confianza en él o no, y eso marca la diferencia entre salir derrotado
o salir victorioso. Fe es confianza, seguridad en Dios. No importa lo que veas,
no importa lo que sientas, no importa lo que los demás digan, solo importa en
quien has puesto toda tu confianza. David no dejó que nada lo distraiga de
aquello que él sabía: “Que Dios estaba
con él y le daría la victoria frente al gigante.”
No importa lo grande que parezca la enfermedad que te
este atacando, si tomas la decisión de creerle a Dios y enfrentarla con valor, Dios
te dará la victoria.
UNA DECISIÓN CAMBIARÁ TU CONDICIÓN.
Si tú tienes a Jesús en tu vida, tienes la vida de Dios en ti, pero si tú nunca
has proclamado a Jesús como tu señor, y quieres tener la vida de Dios dentro de
ti, solo debes tomar una decisión. Si quieres tomar esa decisión HOY, haz esta oración de todo tu
corazón:
Padre nuestro que estás en los cielos, este día me acerco a ti
para proclamar a Jesús como mi Señor y Salvador, te pido que perdones todos mis
pecados y que entres en mi vida. Te abro mi corazón para que entres y hagas de
mí la persona que tú quieres que sea. Amén
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